El esfuerzo de la Sociedad Económica de Amigos del País de Málaga para crear una biblioteca pública de referencia

La Sociedad Económica de Amigos del País de Málaga, surgida en septiembre de 1790, ha apostado desde sus inicios por la defensa de los valores de la Ilustración, en la línea de todas las entidades similares que florecieron en España a lo largo del siglo XVIII.

Ya en sus primero estatutos, aprobados por Real Decreto del Rey Carlos IV, sostenía que el objetivo principal de su actividad era el de “contribuir por cuantos medios estén a su alcance, al engrandecimiento y prosperidad de Málaga y provincia en el orden moral y material, fomentando su cultura peculiar y desarrollando sus fuentes de riqueza y los intereses del pueblo malagueño”.

La SEAP de Málaga se convirtió así en la institución cultural y económica más antigua de la ciudad, que convivió con otros organismos con los que compartía su visión sobre la necesidad de potenciar el progreso económico y social de la zona.

Para ello, la Sociedad malagueña puso la educación y la cultura en el centro de sus iniciativas, en base a su deseo de elevar el nivel cultural de todas los estamentos sociales. Así, impartió clases gratuitas nocturnas sobre aritmética mercantil, teneduría de libros, geografía e historia o lengua francesa, entre otras; y organizó numerosas conferencias y exposiciones.

Pero, si por algo destacó la SEAP de Málaga, fue por su empeño en constituir una amplia biblioteca en 1821, siguiendo el ejemplo de la biblioteca de París y la biblioteca municipal de Madrid. Después de años de trabajo en los que los fondos se engrosaban gracias a las donaciones de instituciones y particulares, en 1853 pasó a ser pública, lo que la convirtió en la biblioteca pública más antigua de Málaga.

En 1862, según el Catálogo Metódico de la Biblioteca Pública de la Sociedad de Málaga, contaba con 204 obras de ciencias morales y políticas, 160 de historia, 20 de filosofía, 115 de ciencias físicas y exactas, 92 de letras, 46 de agricultura, 38 de bellas artes, 49 de artes e industrias y 83 no catalogadas. En  total, 807 obras a las que se unieron las 249 que se adquirieron ese mismo año y las donaciones, con lo que, a finales del año 1862, el fondo contaba con 1.200 volúmenes.

A lo largo del tiempo, esta cifra no ha hecho sino aumentar, hasta convertir a la biblioteca en lo que es hoy en día: un fondo documental de primer orden que ya en 1927 contaba con 12.000 volúmenes. Las obras, que datan desde 1506 hasta los años 40 del siglo XX, están escritas en latín, español, inglés, francés y alemán, y versan sobre distintas áreas del conocimiento.

Entre todas ellas, destaca la colección de obras eclesiásticas y de Derecho Canónico de los Jesuitas, que habían tenido una iglesia y un colegio en la zona antes de ser expulsados de España por Carlos III en 1767.

El objetivo actual de la Sociedad Económica de Amigos del País de Málaga en relación a esta biblioteca es la restauración, documentación y digitalización de todos los fondos.