La Escuela Normal de Maestros de Badajoz: una apuesta por la enseñanza como herramienta para el progreso

La Real Sociedad Económica Extremeña de Amigos del País de Badajoz fue fundada por Real Orden en 1816, lo que la convierte en la institución privada más antigua de Badajoz. Desde sus inicios, la entidad promovió la cultura popular como principal herramienta para el desarrollo económico y el progreso de España. De ahí que el lema con el que todavía trabaja sea ‘Enseñando fomenta’.

Como ya había ocurrido en otras ciudades españolas, que habían visto nacer este tipo de sociedades que imitaban el modelo ilustrado de la pionera, la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País, fundada en 1764; la entidad de Badajoz centro su actividad en áreas como la agricultura, la economía, el conocimiento, la educación o el desarrollo de infraestructuras.

La labor educativa de la Económica Extremeña se remonta a 1818, cuando creó la Cátedra de Agricultura. A ésta le siguieron, años más tarde, en 1834, las de Geometría Mecánica y Delineación, Matemáticas, Química de las Artes, Dibujo y Taquigrafía y Caligrafía. Pero no fue hasta 1835 cuando solicitó al Gobierno Civil la apertura de una Universidad en la ciudad.

En 1844, se estableció en Badajoz la Escuela Normal de Maestros, a la que se uniría, en 1855, la Escuela Normal de Maestras. La actuación de la Sociedad Económica fue fundamental, pero también lo fue la de la Diputación de Badajoz, que puso en marcha la Comisión de Fomento Público con el objetivo de mejorar las escuelas y dinamizar la educación, tal y como se había encomendado a estas instituciones.

Por las aulas de la Escuela Normal de Maestros pasó Miguel Pimentel y Donaire, que contribuyó a fundar los periódicos republicanos El defensor del pueblo (1873) y el Diario de Badajoz (1882), así como la Caja de Ahorros y el Monte de Piedad. También impulsó la Escuela de Artes y Oficios de Badajoz, donde ejerció como profesor.

Asimismo, fueron alumnos el pedagogo Federico Justiniano Uriz y González, Luis Orozco y Correa, miembro de la Junta Provincial de Instrucción Pública de Badajoz y fundador de las publicaciones La Razón (1870-1871) y El Boletín del Magisterio (1871-1898),  donde mostró su preocupación por los derechos laborales de los maestros; y Luis Oliveros Moreno, que llegó a ser director de la Escuela Normal de Cádiz.

Ambos centros, el masculino y el femenino, funcionaron normalmente hasta 1970, cuando la Ley General de Educación contempló su integración en la Universidad de Sevilla, con lo que pasó a llamarse Escuela Universitaria de Formación del Profesorado de EGB.

Sin embargo, no fue hasta la creación de la Universidad de Extremadura, en 1973, cuando se fundó la Facultad de Educación en base a estos centros potenciados por la Real Sociedad Económica Extremeña de Amigos del País de Badajoz.