La Delegación en Corte de la Bascongada acaba de publicar el libro homenaje al historiador Eric Beerman titulado «Vascos en la independencia de los Estados Unidos de América y en otras historias americanas».
Eric Beerman pertenece a la larga saga de hispanistas que quedaron fascinados en su juventud por la Historia de España y particularmente de los vascos.
Este trabajo ha sido coordinado por Iñigo de Yrizar que ha contado con el apoyo en la investigación de la historiadora Conchita Burman

Portada del libro «Vascos en la independencia de los Estados Unidos de América y en otras historias americanas»
Los vascos en la Independencia de los Estados Unidos
La colaboración que Euskal Herria brindó a las colonias norteamericanas en su lucha por la independencia contra Gran Bretaña en el año 1776 es prácticamente desconocida y sin embrago determinante.
El País Vasco constituía, con una de las más avanzadas tecnologías navales y sus diversas actividades y empresas, una verdadera potencia marítima. Las pesquerías en Terranova y la fundación de varias bases comerciales de los vascos en la costa atlántica, eran de sobre conocidas por los insurgentes americanos. Además, la piratería era una industria de éxito en costas de Iparralde y puertos peninsulares.
Los comerciantes vascos contaban con rutas de comercio y contrabando establecidas con los colonos británicos. En ese contexto aduanero ventajoso, los marinos enviaron desde los puertos vascos -sobre todo desde Bilbao y Pasaia– armas, munición, uniformes y ayuda técnica que resultarían decisivas para la victoria de aquellos que reclamaban la independencia de las trece colonias que en aquel momento había en Norteamérica. Tuvo especial relevancia en este sentido el papel que jugó el bilbaíno Diego María de Gardoqui y Arriquibar, uno de los biografiados en esta obra.
Los vínculos de los militares vascos en tierras americanas se hacen evidentes y se entremezclan. Las batallas de Mobila y Pensacola donde aquéllos participaron, fueron determinantes en la configuración de los frentes bélicos contra los ingleses, obligando a éstos a abrir un segundo escenario.
Compañías mercantiles vascas en América
Tuvo especial relevancia en este conflicto la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas, fundada en San Sebastián en 1728 y que poseía el monopolio del comercio de cacao de Venezuela. Fue, junto con la Real Fábrica de Armas de Placencia, uno de los principales proveedores de los recursos bélicos de los que requería esta guerra por la independencia. Fue en 1780 cuando, a bordo de la fragata “L’Hermione”, Lafayette viajó desde Pasaia a los Estados Unidos para unirse a los insurgentes de las antiguas colonias británicas.
Muchos de los estudiados en esta obra son nacidos en tierras vascas. Otros ostentan con orgullo el apellido, si bien han nacido en diversas ciudades de la metrópoli o en ultramar, ya sea en Cuba, Venezuela o cualesquiera otras.
Las Reales Sociedades Económicas de Amigos del País y América
Las Sociedades Económicas de Amigos del País fueron un importante instrumento de difusión de las ideas de la Ilustración. Si bien la primera española fue la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País (1765), su origen no se encuentra en España, ya que conocemos algunas otras fundaciones fuera: Zurich en 1747 y París en 1761.
El director de la Sociedad Económica de Amigos del País de Quito, el obispo José Pérez de Calama, en 1792, era socio correspondiente de la Bascongada, «la madre de todas las Sociedades de España y América». Aunque la vida de esta Sociedad quiteña fue breve, ayudó a sembrar la semilla de la Independencia ecuatoriana, jugando muchos de sus socios, importantes papeles en esa lucha. De entre ellos cabe destacar la figura del precursor de la independencia de Ecuador, biografiado en este libro, Eugenio Espejo, objeto de interés por parte del joven Eric Beerman, lo cual le supuso el acercamiento al mundo de las Sociedades Económicas.
Tras la Bascongada pronto se fundaron otras Sociedades en España, incluyendo la Sociedad Económica Matritense en 1775. Para el año 1791 España ya contaba con unas 70 de estas instituciones a lo largo y ancho de su suelo.
Filipinas, Colombia y Perú
Siguiendo la estela de la Bascongada y la Matritense, las Sociedades Económicas pronto saltaron a las colonias del vasto Imperio español. En 1781 se estableció la Sociedad Económica de Manila. Se fundó pronto otra Sociedad ultramarina en 1783, la de Santiago de Cuba, pero tuvo una breve vida registrando su final en 1792. La siguiente Sociedad ultramar y la primera que se estableció en América del Sur fue la Sociedad Económica de Mompox a unos 200 km. al sur de Cartagena de Indias. Uno de sus socios correspondientes fue el ilustre científico José Celestino Mutis, futuro director de la Sociedad Económica de Santa Fe de Bogotá.
La Sociedad Académica de Amigos del País de Lima fue la siguiente. En 1790 el grupo literario limeño, la Sociedad Filarmónica, decidió formar una basada en la Matritense. Una de sus primeras tareas fue la publicación del periódico, el Mercurio Peruano. Su presidente fue José Baquíjano, catedrático de derecho canónico de la Universidad de San Marcos y socio correspondiente de la Bascongada. El mencionado obispo de Quito Pérez de Calama también fue socio consultor de Lima. La siguiente Sociedad fue la de la Habana establecida por los grandes terratenientes azucareros en 1791…
Toda esta basta red de vínculos culturales, familiares y comerciales contribuyó sin duda a la difusión de las ideas liberales de la Ilustración en América.
El legado vasco en USA
Los descendientes de aquellos vascos que llegaron a territorio USA han prosperado ocupando hoy importantes puestos de responsabilidad en la Administración, el Ejército y la empresa americana.
Los mayores asentamientos de vascos en territorio USA son los estados de Nevada, California e Idaho. La ubicación del estado de Nevada servía como una intersección entre la comunidad vasco francesa de California y las comunidades vizcaínas en el Este de Oregón y el Sur de Idaho. California tuvo la población vasca más antigua, Idaho la más moderna y la de Nevada tuvo un papel clave en el desarrollo de la comunidad nacional vasca-norteamericana. A lo largo de su historia Nevada ha sido testigo excepcional de la figura tradicional del pastor vasco en el Oeste americano. Por lo cual no es de extrañar que Reno, una de sus dos ciudades principales junto a Las Vegas, se convirtiera en la sede del Monumento al Pastor Vasco, que significa el reconocimiento a toda la comunidad vasca de Nevada que durante décadas ha colaborado en la construcción de dicho Estado.
Sirvan estas líneas para introducir al lector en este apasionante viaje por las fatigas y trabajos que vascos de la marina, el ejército, la Iglesia o el comercio realizaron en tierras americanas y que constituyen sin duda uno de los pilares fundamentales de lo que hoy conocemos como los Estados Unidos de América.